Candidatos indígenas quieren un Chile plurinacional y reconocimiento de sus tierras
Por primera vez en la historia de Chile, los pueblos originarios -que representan el 12,8% de los 19 millones de habitantes- participarán en la redacción de una nueva Constitución, al contar con 17 escaños reservados.
Los indígenas en Chile quieren ser reconocidos pero no «al aire», con una mera mención en la nueva Constitución que redactarán los 155 constituyentes que resulten electos este fin de semana, sino con derechos sobre sus tierras y participación de las decisiones políticas.
Por primera vez en la historia de Chile, los pueblos originarios -que representan el 12,8% de los 19 millones de habitantes– participarán en la redacción de una nueva Constitución, al contar con 17 escaños reservados.
«Los escaños reservados son una medida de inclusión política indígena de una trascendencia que pocos han advertido. Y que sí o sí deberá replicarse en el Congreso Nacional y los gobiernos locales. Es otro desafío futuro para las primeras naciones», escribió en Twitter, a horas de la elección, el periodista y escritor Pedro Cayuqueo, candidato a constituyente en la región de Valparaíso.
Habrá siete cupos para el pueblo mapuche -el más numeroso-, dos para el aymara y uno para los diaguita, quechua, atacameño, colla, yagán, kawésqar, chango y rapa nui.
Ana Llao, líder mapuche y candidata constituyente, aboga por recuperar «derechos colectivos» para todas las etnias, según dijo a la AFP en Temuco, capital de la región de la Araucanía, en el sur de Chile, que concentra la mayor cantidad de comunidades mapuches.
«Estamos hablando de que los pueblos originarios y en particular el pueblo mapuche, podamos ejercer nuestra autonomía y nuestra autodeterminación, nuestra libre determinación en cada uno de nuestros territorios; esos son los derechos políticos que deben quedar consagrados con bastante claridad dentro de esta nueva Constitución política plurinacional», explicó.
Sur rico, su gente pobre
Esta región concentra más del 90% de la industria maderera de Chile, posee grandes reservas de agua dulce, es rica en recursos naturales, con un dinámico sector agrícola. La mayoría de las empresas son propiedad de familias o grupos que conforman la llamada y reducida élite económica chilena.
Pero como claro reflejo de la desigualdad que frustra a la población, la pobreza aquí dobla a la del resto del país.
Benito Cumilaf, candidato constituyente en Temuco, dijo a la AFP que su planteamiento es el «derecho a la educación propia, derecho a la tierra y al territorio».
Pero también «el reconocimiento constitucional de partida pero que vincule territorialidad, que no sea un reconocimiento al aire si no que si reconocemos algo, que sea, en el caso mapuche, ese pueblo con territorios».
A la llegada de los conquistadores españoles a Chile, las tierras de los mapuches se extendían desde la frontera que establecía el río Biobío hasta unos 500 kilómetros al sur.
A partir de 1860, tras numerosos conflictos con los gobiernos, sus territorios se fueron reduciendo significativamente. El último gran revés para el movimiento indígena chileno ocurrió bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando se les arrebata a los mapuches tierras recuperadas bajo la reforma agraria del derrocado expresidente socialista Salvador Allende (1971-1973).
Hoy, se estima que los mapuches disponen solo del 5% de sus antiguas tierras. En el norte del país, las comunidades más pequeñas quechua y aymara que habitan el desierto de Atacama, con grandes yacimientos de cobre, litio y otros minerales, tuvieron que ceder ante políticas de integración muy particulares puestas en marcha en esta región peleada por el Estado chileno a Perú y Bolivia en la guerra librada a fines del siglo XIX.
Reivindicaciones sin tendencias tradicionales
Aunque Chile llega a este proceso constituyente tras un largo periodo de convulsión social, el debate en los pueblos originarios pasa sobre todo por la reivindicación de sus derechos, por su reconocimiento y superar los conflictos que surgen en la Araucanía.
Desde hace al menos una década comenzaron a ocurrir en esta zona ataques incendiarios por parte de grupos radicales mapuche, que reivindican los sabotajes a las empresas forestales para hacerlas retroceder de sus territorios.
Pero también la justicia investiga algunos atentados realizados como «montajes» por parte de las fuerzas del orden y empresas madereras.
«Desde esta nueva Constitución se podría abordar (el conflicto mapuche) como un tema político, no como lo han hecho los gobiernos hasta ahora«, señala Ingrid Conejeros, candidata constituyente y maestra mapuche.
Lamenta que desde las autoridades se aborde la situación en la Araucanía «como un tema policial y judicial, siendo que ese no es el camino correcto para resolver este tema«.
«El Estado tiene que enfocarse en lo social, en las garantías sociales, debe ser un estado que propenda al desarrollo de las comunidades y de los territorios», agrega.
Defender el derecho al agua es otros de los temas que mueve a los candidatos indígenas.
«Tenemos que estar conscientes de que Chile es el único país que tiene privatizada el agua, por lo tanto, el agua tiene que ser un bien común, un bien social para todos», dice la candidata Llao.