Saturno es un gigante gaseoso fallido, afirma astrofísico
29 de julio de 2023
La concepción tradicional de Saturno como un gigante gaseoso en el sistema solar podría estar equivocada, según el astrofísico Ravit Helled de la Universidad de Zúrich. En un artículo reciente, Helled propone una nueva perspectiva sobre la clasificación de los planetas gigantes y argumenta que, en realidad, Júpiter es el único gigante gaseoso genuino en nuestro sistema solar.
La percepción general tanto entre los astrónomos como el público en general ha sido agrupar a Júpiter y Saturno como gigantes gaseosos debido a su gran tamaño y la composición de sus atmósferas, compuestas principalmente de hidrógeno y helio. Sin embargo, las investigaciones más profundas realizadas por las misiones espaciales Cassini y Juno han revelado notables diferencias entre estos dos planetas, especialmente en la cantidad de elementos más pesados presentes en su interior. Una de las distinciones más importantes es que Júpiter es tres veces más masivo que Saturno.
Según Helled, el proceso de formación de un planeta gigante es complejo y crucial para su clasificación. En el sistema solar primitivo, había una gran cantidad de material, especialmente hidrógeno y helio, orbitando alrededor del joven Sol. A medida que el Sol se calentaba, expulsaba gradualmente todo el hidrógeno y helio del sistema, lo que significa que los planetas solo tenían un tiempo limitado para acumular masa y alcanzar su tamaño final antes de que el Sol dispersara todos los elementos ligeros, deteniendo su crecimiento.
Para que un planeta alcance el estatus de gigante gaseoso, debe acumular rápidamente una cantidad significativa de hidrógeno y helio. La masa crítica para lograr esto es aproximadamente 100 veces la masa de la Tierra. Júpiter superó ampliamente este umbral, atrayendo la mayor parte del material del sistema solar exterior antes de que el Sol pudiera dispersarlo.
Por otro lado, Urano y Neptuno fueron demasiado pequeños para alcanzar este éxito masivo, mientras que Saturno estuvo cerca de lograrlo. Si Saturno hubiera sido un poco más grande, habría podido rivalizar con Júpiter en cuanto a la acumulación de hidrógeno y helio.
Sin embargo, Saturno se quedó atascado en su crecimiento, atrayendo una cantidad significativa de hidrógeno y helio debido a su fuerza gravitacional, pero no lo suficiente como para acelerar el proceso y alcanzar el estatus de gigante gaseoso. En consecuencia, Helled lo clasifica como un «gigante gaseoso fallido».
Esta nueva perspectiva sugiere que Júpiter y Saturno tuvieron evoluciones completamente diferentes, a pesar de sus similitudes superficiales. Entender estas divergencias no solo arroja luz sobre la formación de nuestro sistema solar, sino que también podría proporcionar información valiosa sobre la formación de otros sistemas estelares en el universo. La investigación de Helled plantea cuestiones intrigantes sobre la naturaleza de los planetas gigantes y su desarrollo en el cosmos.