Estrellas de mar: «Cabezas que se arrastran»

Un nuevo estudio sugiere que las estrellas de mar son en realidad «cabezas que se arrastran» sin cuerpo. El análisis de la expresión de sus genes revela que los equinodermos, a los que pertenecen las estrellas de mar, carecen de la arquitectura necesaria para un cuerpo real.

Los equinodermos (estrellas de mar, erizos de mar, galletas de arena y pepinos de mar) son bastante comunes en las partes del océano que los humanos frecuentan, por lo que los tenemos bien incorporados en nuestro pensamiento. Pero son muy diferentes de otros animales. La simetría de su cuerpo es, normalmente, quíntuple, en lugar de la simetría bilateral «izquierda-derecha» que vemos en la mayoría de las criaturas.

«La forma en que las diferentes partes del cuerpo de los equinodermos se relacionan con las que vemos en otros grupos de animales ha sido un misterio para los científicos desde que los estudiamos», dice el biólogo evolutivo Jeff Thompson de la Universidad de Southampton.

«En sus parientes bilaterales, el cuerpo se divide en cabeza, tronco y cola. Pero con sólo mirar una estrella de mar, es imposible ver cómo estas secciones se relacionan con los cuerpos de los animales bilaterales».

Los investigadores llevaron a cabo un estudio molecular para descubrir dónde encajan los equinodermos en el superfilo deuterostomo, un gran grupo de animales que incluye tanto vertebrados como equinodermos. Dado que los deuteróstomos evolucionaron a partir de un ancestro común, hace muchos millones de años, los investigadores pensaron que podrían rastrear la forma en que evolucionaron los equinodermos.

El equipo de investigación utilizó técnicas moleculares como la tomografía de ARN y la hibridación in situ para localizar secuencias precisas de ADN y ARN en una muestra de tejido. Con la información obtenida crearon un mapa tridimensional de la expresión genética en el cuerpo de la estrella de mar durante su desarrollo.

En los deuteróstomos, por lo general, existe un conjunto de genes que ayudan a desarrollar el tronco del cuerpo. Pero en la estrella de mar murciélago esto no era así.

«Los genes que normalmente están involucrados en el diseño del tronco del animal no se expresaron. Parece que todo el plan corporal del equinodermo es aproximadamente equivalente a la cabeza en otros grupos de animales».

La evolución de los equinodermos ha sido difícil de entender, basándose únicamente en la forma en que tienen la forma de sus cuerpos (cabezas). La nueva investigación sugiere que, alguna vez, los equinodermos pudieron haber tenido las herramientas para desarrollar un cuerpo, pero las abandonaron en algún momento de su larga historia. Y así han funcionado bien durante 200 millones de años.