“Su primera experiencia fue a los ocho años en un partido de damas.

Uno de los máximos sueños que Erick quiere cumplir es arbitrar partidos de las ligas profesionales.

“Salir a representar a Bolivia en el Mundial, en Copas Américas, Copas Libertadores y en la Champions”, enumera el pequeño cada uno de los torneos a los quiere llegar.

Las ciudades de Viacha y El Alto presumen de tener un gran ejemplo en el terreno de juego. Con un futuro prometedor y una pasión que comienza a dar frutos, Erick es un Boliviano de Oro.

Con constancia y disciplina, Erick Callejas, quien tiene 10 años de edad, se consagró como el árbitro más joven de Bolivia y ya cumple sus sueños.

“Cuando estaba arbitrando fútsal, la última defensora le hizo falta a la delantera, le saqué la roja y se fue reclamando del campo”, relata Erick, quien ya fue reclutado por un Colegio de Árbitros.

El niño de diez años puede decir que está cumpliendo el sueño de todo fanático del fútbol. Debutó como árbitro a los ocho años, una historia para imitar porque es disciplinado y constante, dicen los que lo conocen.

“Corretea, se hace respetar, no se deja intimidar. Las reglas más que todo él trata de hacer respetar siempre. Todo por su cuenta ha ido aprendiendo. Yo me sorprendí cuando él se sabía todo”, cuenta orgullosa la mamá de Erick, María Elena Machaca.

Erick está en permanente preparación y ahora se entrena para arbitrar la semifinal de un torneo en Viacha, partido que promete pasión y pierna fuerte. Se luce impartiendo justicia en la cancha.

“Sabe muy bien las reglas, conoce de lo que ha hecho. Había un momento en el partido que le han gritado y él se ha puesto firme con su decisión porque un árbitro no puede retractarse de lo que ha cobrado. Me ha agradado su seguridad, que no se ha dejado intimidar por las personas mayores”, cuenta Beymar Tancara, jugador de fútbol.

Sus ídolos no marcan goles, no detienen penaltis, imparten justicia. Uno de ellos es su papá, su mentor, el que lo inspiró para dar sus primeros pasos como árbitro.

“Su primera experiencia fue a los ocho años en un partido de damas. Una alegría inmensa, quisiera verlo a mi hijo en el estadio Hernando Siles, en Copas Libertadores”, cuenta con anhelo el papá de Erick, Ramiro Callejas.

Uno de los máximos sueños que Erick quiere cumplir es arbitrar partidos de las ligas profesionales.

“Salir a representar a Bolivia en el Mundial, en Copas Américas, Copas Libertadores y en la Champions”, enumera el pequeño cada uno de los torneos a los quiere llegar.

Las ciudades de Viacha y El Alto presumen de tener un gran ejemplo en el terreno de juego. Con un futuro prometedor y una pasión que comienza a dar frutos, Erick es un Boliviano de Oro.