Embajador Raimundi: OEA debe asumir responsabilidad sobre el ‘golpe’ en Bolivia de 2019

El embajador de Argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Raimundi, afirmó que el organismo debe reconocer su responsabilidad en el “golpe de Estado” de 2019 en Bolivia.

Para que la OEA recupere un “pedacito de prestigio y credibilidad, tiene que reconocer su responsabilidad en aquellas cruentas jornadas de octubre y noviembre de 2019”.

La madrugada de 10 de noviembre de 2019, a tres días del plazo fijado para la entrega de su informe preliminar sobre las elecciones del 20 de octubre, el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, difundió el documento que decantó la renuncia del presidente Evo Morales.

El documento adelantó que en los comicios hubo irregularidades en el sistema informático, “manipulación dolosa” de resultados y “parcialidad de la autoridad electoral”, entre otras observaciones.

La publicación secundó a las movilizaciones lideradas por el entonces presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, ahora gobernador; un motín policial y la sugerencia de renuncia presidencial de parte de las Fuerzas Armadas y del comandante de la Policía Boliviana, Yuri Calderón.

En criterio personal de Raimondi, Almagro es responsable y cómplice de todo lo que vivió Bolivia desde principios de noviembre a partir de aquel dictamen de la observación electoral”. “Luis Almagro dijo: ‘El golpe lo dio Evo queriéndose perpetuar cuando había cometido fraude’. Lo dijo textual, no estoy exagerando, lo tengo en la memoria”, recordó el diplomático.

El jueves, en la Asamblea de la OEA en Washington, el embajador de Bolivia ante el organismo, Héctor Arce, cuestionó la gestión de Almagro. “La organización ha sido instrumentalizada para atacar y, en el caso boliviano, para derrocar gobiernos constitucionales”.

El diplomático boliviano consideró que la OEA, más que nunca, está “profundamente ideologizada con una fuerte tendencia intervencionista”.

En criterio de Raimundi, la intervención de su colega boliviano fue “una de las mejores piezas oratorias” que escuchó en el foro de la OEA en sus tres años de representación de Argentina. Coincidió en la necesidad de una reforma del organismo nacido en 1948.