Los hijos de Jhovana, víctima de feminicidio, recuperaron sus mascotas para mitigar su dolor
En Cochabamba, se estima que, cada año, al menos 20 niños, niñas y adolescentes se quedan huérfanos por feminicidio.
Los niños de Jhovana, víctima de feminicidio, se reunieron con sus mascotas la tarde de este jueves, después de varios días de no haber estado juntos. La recuperación de los canes, patos y gallinas es una forma de mitigar el dolor de los pequeños por haber perdido a su madre y después a su padre (preso por el delito).
Los cinco menores estaban desesperados por tener a sus mascotas, después de haberse anoticiado de la trágica noticia.
En un principio, los dirigentes de la zona de Alto Arrumani se oponían a la entrega de las mascotas. Sin embargo, accedieron después de que la abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez, dialogara con ellos y llevara a los animalitos hasta el hogar de acogida donde están los pequeños.
Abrazos y unas lamidas en sus rostros fueron las primeras muestras de cariño que recibieron los pequeños, después de varios días de tristeza e incertidumbre, tras la trágica muerte de su madre.
Los niños gritaron sorprendidos al abrir los ojos y ver a sus ‘amigos fieles’, sonrieron y no dejaban de abrazar y besar a los canes. Luego recibieron a sus otros animales con el mismo cariño.
«Les prometí que tendrían a sus mascotas con ellos. Es lo mínimo que podíamos hacer para que estos niños sientan que están en casa, que no lo han perdido todo y que hay esperanza, que hay motivos para sonreír», describió Cortez.
Se estima que, en Cochabamba, cada año, al menos 20 niños, niñas y adolescentes se quedan huérfanos por feminicidio. «No tenemos las cifras exactas porque no existe un registro y no se sabe en qué condiciones viven los hijos de las mujeres asesinadas en los últimos nueve años, si comen, si estudian, si han sanado sus heridas. Ese es un reto que hay que asumir en algún momento», dijo la abogada.
FEMINICIDIO
Jhovana Chávez, de 34 años, es una joven madre de cinco menores que fue asesinada por Ángel Beltrán, el hombre con el que formó una familia y convivía en Alto Arrumani. Murió la madrugada del domingo en su domicilio en la zona sur de Cochabamba. Fue enterrada el martes en el cementerio de K’ara K’ara.
Ángel, su concubino, confesó el delito ante las autoridades policiales. Luego de intentar quitarse la vida y no conseguir su cometido, el feminicida confeso se presentó en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC). Allí reconoció el crimen en contra de la madre de sus hijos. Su caso, posteriormente, fue derivado a la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV).