Bolivia, a la espera de la extradición de excura pederasta uruguayo

Los abusos cometidos por Juan José Sant’Anna Trinidad ocurrieron en Tapacarí, provincia de Cochabamba, cuando dirigía el ala masculina del Internado Ángel Gelmi

Al menos una treintena de víctimas, sus familias y toda Bolivia están a la espera de la extradición del exsacerdote uruguayo Juan José Sant’Anna Trinidad, denunciado por abusar sexualmente de 30 niños que tenía bajo su cuidado en un internado en Tapacarí, Cochabamba. El hombre lleva 17 años prófugo de la Justicia.
Este viernes la jefa Nacional de Asuntos Internacionales de la Fiscalía General del Estado, María Luisa Herrera, confirmó que Sant’Anna Trinidad, de 51 años de edad, fue aprehendido en Uruguay por el delito de abuso sexual con agravante.
“Ya se iniciaron todos los trámites correspondientes para ejecutar la extradición del sindicado para que responda en el país por las denuncias en su contra, considerando que existirían varias víctimas”, sostuvo Herrera.
En agosto de este año, se supo que Sant’Anna siempre estuvo en la casa de sus padres en el barrio de Salto, departamento de Uruguay limítrofe con Argentina. Incluso salía a dar paseos ocasionales, pues nadie fue a buscarlo en todos estos años pese a las denuncias.
En estos 17 años ha recibido a tres periodistas que le han pedido explicaciones por sus acusaciones. Él ha admitido esas situaciones, aunque también ha intentado esquivar el tema.
DENUNCIA Los abusos por los que es acusado Sant’Anna ocurrieron en Tapacarí, provincia de Cochabamba. Hasta allí llegó el uruguayo en 2005, cuando tenía 36 años. Dirigía el ala masculina del Internado Ángel Gelmi, que albergaba a 72 varones de entre 8 y 17 años.
En noviembre de 2007, el arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, convocó a una conferencia de prensa en la que no respondió preguntas. Tenía una noticia dolorosa para comunicar, como recuerda el artículo de El País. “Uno de nuestros sacerdotes ha cometido abusos deshonestos contra menores albergados en uno de nuestros internados”, dijo.
Solari pidió perdón y se comprometió a colaborar con la investigación penal. Además, ofreció ayuda psicológica a las víctimas y anunció el inicio del trámite para la expulsión del cura de la Iglesia Católica, lo que se concretaría en 2011.
Cuando Solari dio la conferencia, Sant’Anna ya había escapado.
ABUSOS Invitaba a niños y adolescentes de entre 6 y 18 años del internado a ver videos a su cuarto, los encerraba con llave y los sometía a prácticas sexuales, desde la masturbación hasta el sexo anal, detallaron los testimonios de las víctimas.
Sant’Anna fue denunciado por delitos de violación, violación inconsistente y abuso deshonesto. La Justicia boliviana lo declaró rebelde e Interpol lo halló en la ciudad uruguaya. Pero el cura continuó libre.
Al enterarse de los hechos, una religiosa del internado habló.
Sant’Anna se alojó en una vivienda de la iglesia y contó a algunos religiosos que se entregaría si lo ayudaban a “sanar” lo que consideraba “una enfermedad”: haber abusado sexualmente a los nueve años. La iglesia comenzó con una investigación interna y a los 20 días avisó a la Policía. Pero el cura ya había escapado.