¿Argentina, «regalada»?: bolivianos cruzan frontera, compran al por mayor y «primeras marcas»

La tendencia comercial beneficia a los vendedores argentinos, de Orán (Salta, Argentina), del mismo modo que a los clientes bolivianos. La crisis que envuelve a la nación vecina es aprovechada por nuestros compatriotas. Mientras tanto, los argentinos consumen segundas marcas.

Clientes bolivianos que aprovechan y se llevan mercadería de Argentina. 

¿Se ha convertido la Argentina en un «país regalado»? La galopante crisis económica -y claramente social- que afecta con fuerza a la nación limítrofe, cuando el peso local se desploma (131 pesos equivale a 1 dólar) y la incertidumbre en la población es diaria con respecto a su bolsillo, ha representado, al mismo tiempo, una «oportunidad» de negocios para los bolivianos.

Ahora, la tendencia en auge es que los bolivianos traspasen la línea fronteriza con Argentina, en el norte de ese territorio, para adquirir productos, sobre todo comestibles, en cantidades al por mayor y con marcas de primera línea. Estos «clientes» temporales pero recurrentes han visto que las condiciones para apostar por los artículos que se comercializan en el país vecino son las mejores, claro, para nuestro cambio.

De esta manera, adquieren comestibles de primeras marcas en pallets, en cajas y por kilos. Este fenómeno se da, por ejemplo, en la ciudad de Orán, situada en la provincia de Salta.

Los comerciantes argentinos se muestran satisfechos con sus volúmenes de venta, mientras que los compradores bolivianos también regresan con una sonrisa, dotados de gigantescos pallets.

La pregunta que abrió este artículo toma prestada la idea de la interrogante propuesta por el reportaje «Argentina, país regalado (para los de afuera)», elaborado por el programa televisivo C5N.

Este trabajo exhibe, mediante testimonios varios, la tendencia boliviana instalada en el norte de la nación gobernada por el progresista Alberto Fernández.

Adrián, uno de los tantos salteños que acepta de buen modo la visita de los bolivianos, confirma que los alimentos y los electrodomésticos son los más elegidos.

«Salen en gran cantidad y a toda hora. Vemos lo que está haciendo todo el mundo: la forma de ganar en la situación y, como muchos de otros comerciantes, vendiéndole a bolivianos. Hoy les conviene a ellos comprar acá. Las ganancias para ellos son abundantes, y uno también saca cierto porcentaje».

LO MEJOR PARA LOS  DE AFUERA, SEGUNDAS MARCAS PARA LOS LOCALES

Eduardo, otro comerciante de Orán, entiende que su flujo de clientes bolivianos aumentó notoriamente en los últimos meses. «El cambio les conviene. Lo que más nos llama la atención es que están comprando muchos productos de marca, todo lo contrario a lo que está pasando a nivel local».

Alexia ofrece cristalería y elementos para el hogar. También le va bien en su negocio, pues nuestros compatriotas acuden a su emprendimiento para llevarse azucareras y otros artículos.

«Totalmente, les conviene. Ellos pagan en peso argentino. Piden rebaja, pero pagan en peso argentino», subraya.

Melina, una mujer que subsiste comercializando comestibles, narra que a la semana alcanza a vender 150 kilos de pan rallado solo a un cliente bolivianos, cifra que parece imposible cuando solo de compradores locales se trata.

«(Los bolivianos) llevan orégano y comino en grano. Siempre quieren al por mayor, buscan en cantidad».

POR RÍO

Adrián cuenta que las vías para transportar la mercadería son varias. El río que suele ser utilizado para este objetivo presenta poca agua, por lo que transitan barcazas que son contratadas por un precio muy módico. También resalta que el peso boliviano es «fuerte», por lo que representa un «refugio» para los norteños.

«Como no no se consigue dólar hoy, compramos peso boliviano porque es un refugio, igual. El peso boliviano está siempre cerca del dólar, no pierde valor. Entonces compramos bolivianos y los guardamos».