En Jueves de Compadres se celebra la familia ampliada, pero se ha distorsionado

Los dos jueves previos a Carnaval significan grandes festividades para la población boliviana: compadres y comadres. Este jueves inicia la celebración de los hombres, para festejar con su amigos a la par de canastas, serpentina y una buena cerveza. Pero, ¿cómo ha cambiado esta festividad a través de los años? Urgente.bo se comunicó con el antropólogo y museólogo, Milton Eyzaguerri, que nos explica más de esta tradición, como una expresión de las personas por extender la familia. 

«Antes tenía que ver mucho con las actividades que se realizan principalmente en Tarija, Cochabamba y en Potosí. Esas actividades tenían que ver mucho con celebrar a los compadres que uno tenía, y esta fiesta está relacionado principalmente con tener una actividad con la familia ampliada», menciona el antropólogo. 

Actualmente, esta celebración trasciende fronteras y llega a todos los rincones del país. Esta celebración que se realizaba para reafirmar los lazos con la familia extendida, que contempla tanto los lazos cosanguíneos como los «rituales», se puede observar en todas partes, desde hogares hasta oficinas. 

El compadrazgo, estructuralmente, es una institución que impulsa la solidaridad social, tanto en su forma horizontal, al unir lazos de miembros de la misma clase social, como en su forma vertical, al relacionar clases sociales diferentes. El compadrazgo es parentesco ritual, porque esa afinidad produce efectos sobre el sistema de parentesco, dice una investigacion.

En relación con las fiestas del carnaval, la tradición no se cerraba solamente a los compadres, puesto que la costumbre dictaba que los hombres regalen canastas en esta fecha a las mujeres cercanas a ellos para «consolidar lazos». De acuerdo a Eyzaguerri, esta festividad parte de «el deseo que tiene una persona de generar más familia». 

«Esto era (regalar canastas) una especie de propósito para establecer a futuro uniones familiares mucho más consolidadas, vinculadas principalmente con el tema de formar nuevas familias», explica. 

De acuerdo al análisis que nos brinda el experto, la festividad ha cambiado mucho a través de los años, especialmente en los espacios urbanos: «Se recrea la actividad, ha cambiado mucho. Se ponían antes unas tortas, adornadas con frutas, banderines, se ponían insumos hechos con pan, etc. Ahora ha cambiado completamente, se ha comercializado». 

Eyzaguerri califica este día como una reunión y ya no como una fiesta, por la ampliación comercial que ha llegado a tener en las ciudades. Sin embargo, una costumbre se mantiene con fuerza, el beber hasta el amanecer. 

El folklorista Milton Balanza, en una investigación hecha en 2017, hizo conocer que esta celebración se hizo fuerte en Tarija y que de allí se expandió al resto del país. Sin embargo, precisa que no era muy practicada hasta mediados de los años 80, incluso parecía que se iría a perder, el Jueves de Comadres y el de Compadres casi no existía. Fue gracias a Oscar Zamora, entonces uno de los políticos más influyentes del país, quien hizo retomar primero la fiesta de las mujeres, y con el tiempo la de los varones.

La impulsó con las comadres “Molineñas”, quienes realizaron una primera entrada en la que Zamora era el padrino, luego aparecieron las Comadres de San Roque y posteriormente empezaron a formarse el resto de las agrupaciones de los diferentes barrios y comunidades.